Actualmente, los casos de fraude en las organizaciones son una realidad constante que perjudica no solo a las personas involucradas, sino también a toda la organización. Estos delitos son realizados por los mismos empleados de la compañía, que, aprovechando su rango o puesto de trabajo manipulan datos, información o sistemas para su beneficio personal.
Muchas pueden ser las áreas al interior de una organización que pueden incurrir en un fraude, pero, sin duda, las más afectadas son el área de contabilidad y finanzas, el área de ventas, el área de operaciones, y en el área de dirección.
Es así que, entre las operaciones más comunes que caen en fraude se puede encontrar aquellas que tienen que ver con los arreglos entre empleados a cargo de la compra y los proveedores, donde inevitablemente ocurre la “pérdida” o daño de inventario.
Por otra parte, dentro de los fraudes empresariales están los casos de soborno, los cuales son difíciles de probar y penalizar, esto sucede porque son más fáciles de disfrazarse como procedimientos legales o simplemente se pasan por alto, un ejemplo sencillo es el conseguir un contrato por parte de una organización a cambio de un favor especial, dinero o simplemente ofreciendo una ventaja a algunas de las partes involucradas.
El robo de información es otro de los fraudes más comunes dentro de una organización, desde la información personal, confidencial y hasta los secretos industriales. Es importante recalcar a los empleados que los documentos considerados Secretos Corporativos son respaldados por la Ley de la Propiedad industrial y el Código Penal Federal, esto con el fin de evitar que la información se haga de conocimiento público y sea protegida debidamente. Este tipo de fraude dentro de la compañía puede tener consecuencias tales como sanciones monetarias, sanciones penales y en el peor de los casos, la quiebra de la compañía.
Según el portal de La Asociación de Examinadores de Fraude Certificados (ACFE) de España, se ha comprobado que las empresas pequeñas, considerando como tales a aquellas con menos de cien empleados, tienen de media un 28% más de pérdidas por fraude interno que las grandes corporaciones.
Un factor importante que impide descubrir los fraudes internos de las empresas es cuando existen aquellas personas que por razones de amistad o por miedo, no denuncian las faltas que llegan a descubrir. Por ello, es importante poner un medio de denuncia anónima para poder tener la oportunidad de descubrir este tipo de infracciones de manera oportuna, esto para el beneficio de la organización; puesto que, es bien sabido que si una compañía tiene buena reputación por la sociedad en general, se eleva el nivel de confianza, se incrementan y fortalecen sus relaciones comerciales.
Es de suma importancia recalcar que todas las organizaciones, tanto pequeñas, medianas y grandes, del sector público o privado, de la índole que sea, deben de contar con recursos y procesos internos adecuados para poder contar con una buena gestión en todas las áreas, que ayuden a detectar y prevenir los fraudes empresariales.
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